Blog amigos da rainha

quinta-feira, 12 de março de 2009

Daniela Mercury le puso ritmo al carnaval asunceno

La fiesta de carnaval organizada por la firma Brahma fue un éxito en cuanto a convocatoria se refiere. Más de 11 mil personas disfrutaron del desfile de comparsas paraguayas y argentinas, en una noche amenazada por una tormenta que al final no fue más que una pequeña llovizna.

Los 250 metros de pasarela sirvieron para que esculturales cuerpos pasearan para admiración del público, al son de géneros que no fueron precisamente samba, sino reguetón, cumbia villera y algunas canciones brasileñas con ritmo de axe, capoeira y otros.

Pasada la medianoche llegó el turno de la cantante Daniela Mercury. La brasileña pisó el escenario con mucha energía, aunque sus primeras canciones podían confundirse con un playback, dado que una de sus coreutas tiene casi el mismo registro de voz que la protagonista.

La intención de la bahiana fue hacer vibrar al público de principio a fin, pero esto no pudo concretarse inicialmente, debido a que Mercury apostó a sus temas más recientes, que no son tan populares en suelo paraguayo.

Solo hacia el final sonaron sus éxitos más conocidos en el país, como los temas del disco O canto da cidade.

La movilización de los guardias de seguridad en el sector platea, en un momento del show, llamaron la atención de Mercury, quien pidió a los organizadores que dejaran bajar a esas personas a la pista, porque el verdadero carnaval es en la calle.

"Violencia no. Yo puedo manejar esto, hago conciertos para dos millones de personas. Dejen que bajen, así tenía que haber sido desde el principio", dijo. Y la gente que pudo bajar aclamó su nombre.

EL CORSO. Fueron las delegaciones de Corrientes y Gualeguaychú las que tuvieron un sello propio en sus presentaciones, con música que ellos mismos crearon.

Los correntinos, incluso, se animaron a cantar una polca paraguaya, propuesta que a ningún club organizador local de los carnavales se le ocurre hacer.

Las comparsas paraguayas, como ocurre año tras año, carecen de identidad. No hay ritmos nacionales, no hay letras poéticas -como en los grandes carnavales de vecinos países- ni hay mensajes, ni nada.

No tiene sentido salir a la pista con una bandera paraguaya, como lo hizo Encarnación, si toda la platea se exalta con canciones argentinas que sus integrantes bailan y cantan a como si fueran lo máximo.

Matamos nuestra cultura, somos hijos tontos de esos países al depender de ellos hasta para la diversión.

Los carnavales de Brasil, cuyo estilo es copiado para estas fiestas, son una verdadera explosión de creatividad e innovación, nacida de una fuerte competencia entre las escuelas.

Eso da empleo a compositores, creadores, vocalistas, instrumentistas, poetas, ingenieros, arquitectos, miles de costureras y más.

Se transforma así en un evento para la alegría que origina y mueve mucho dinero. La crisis económica pasa a segundo plano porque los carnavales originan mucho movimiento de divisas.

Eso es lo que hay que aprender en Paraguay y no utilizar solo cuerpos bonitos para atraer a las masas.

Fonte: ABC

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